15 de diciembre de 2010

Dialogo y consenso

Hace 7 años y medio que venimos escuchando estas 2 palabritas magicas.El gobierno no dialoga, el gobierno no brinda los consensos necesarios para el futuro del pais. Autoritarismo, semidemocracia, totalitarismo, reinado, dictadura. Esos son algunos de los términos con los que la oposición mediática y sus lacayos políticos adjetivaban (y adjetivan) al gobierno popular.
No vamos a discutir la diferencia entre una democracia europea, donde las necesidades básicas están resueltas y los consensos nacieron después de grandes guerras o grandes dictaduras. Asi cualquiera, pero no es el tema que nos ocupa. Tampoco la falacia discursiva de los medios y la oposición. No. Me voy a detener un ratito, a tratar de pensar en porque tipos como yo, otras mas viejos y algunos mas jovenes creen que este gobierno es intolerante y que, ponele, Macri, o Alfonsinito son tolerantes.
La tolerancia pretendida de la Armada Republicana nace del discurso tranquilo y sereno. Ellos no hablan fuerte y claro, como la presi. No dan preciosiones. Son ambiguos. Y. como no tienen poder real, claro, no le joden la vida a nadie.
La intolerancia K, por el contrario, nace de la toma de desiciones. Es su (nuestra) mayor fortaleza, quizas. Pero esa fortaleza se contrapone con los que son perjudicados con las desiciones que toma el gobierno: económica y culturalmente.
A esta altura pretender que el pedido de diálogo sea sincero para arribar a un consenso imprescindible, es super ingenuo. Sin embargo, un gran sector del pueblo argentino ve con buenos ojos las reuniones interpartidarias e intergubernamentales. A pesar de la Alianza. Y todos los otros se juntan. Y para nosostros es un rejunte, una bolsa de gatos. Pero para otros es importante que se juntan a "consensuar". Es imperativo una reforma educativa en materias como Educación Civica. Se debiera tomar "rosaca I, II y III" para aprobar el secundario, porque de otra manera no se entiende la ingenuidad con la que buena parte de nuestros compatriotas mira la realidad.
De un lado, entonces, la intolerancia K que no reprime, que busca aplicar los DDHH y la justicia a rajatabla. Y no habla con los opositores porque, claro está, es al total pedo porque después no cumplen lo pactado. Del otro el republicanismo A, que vive de rosca en rosca, es peón de las corporaciones y pero tiene buenos modales. Uno hace grande al país. El otro, bueno, miremos para atrás y evaluemos. Porque los dialogos y los consensos son importantes cuando los interlocutores son válidos. Y estos mamarrachos que se llaman oposición, la verdad, dejan bastante que desear.

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