21 de febrero de 2011

La Nación busca un Urquiza y no lo encuentra

Leemos a Pagni en la Nación. Es un tema leer a alguien que no pone una puta fuente. Ahora, hay un par de cosas interesantes en la nota.

"El gobernador está demostrando que mantiene su vieja línea de conducta. En Sierra de los Padres desistió de liderar al PJ bonaerense en su resistencia a las listas del kirchnerismo alternativo que, encabezado por Martín Sabbatella, alienta la Casa Rosada. Por un momento, pensó en faltar a esa reunión."  Ya no solo escuchan en reuniones privadísimas, sino que ahora se meten en los pensamientos íntimos de los personajes en cuestión. 

"El otro gesto de sumisión de Scioli fue institucional. El sábado abrió la puerta de la policía bonaerense al gobierno nacional, al designar en la subjefatura al comisario general Hugo Matzkin, un hombre del ex ministro de Seguridad provincial León Arslanian." Intentar cambiar y escuchar las sugerencias del gobierno es ser sumiso. Dialogo y consenso que le dicen.

Es interesante como a lo largo de la historia los procesos se repiten. En 1852, la oligarquía porteña necesitó una traición para imponer su proyecto de país. Ese proyecto tuvo vida casi 100 años. El peronismo llegó para recomponer esa situación y beneficiar a los sectores populares. Hoy, a 158 años y 17 días de Caseros, la oligarquía porteña, hijos de aquellos, están buscando una nueva traición dentro del campo popular para recomponer su país: el de mayorías olvidadas y postergadas y minorías llenas de plata. Ese país no puede volver. Ese es el país que nos propone la oposición. A esa propuesta nosotros le decimos que lo logrado es apenas un piso, que lo mejor está por venir y que no van a encontrar un traidor, porque a diferencia del fin del rosismo, hoy sabemos que tenemos que estar juntos y que nos necesitamos a todos. Y sabemos por donde va la cosa.

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