26 de octubre de 2012

Gracias Nestor



Hace 2 años pasó algo que nos marcó como generación. Parece que fue ayer, cuando miraba por la ventana esperando al censista y veo que Leo Montero manda el corte desencajado. Y el zapping para ver que mierda había pasado. Y la cara de Nestor en la tele. Y ese puto graph que decía "Murió". Llamé a mi vieja y le conté. Llorando. Nos abrazamos con mi señora sin entender un pomo que corno pasaba. Porque pasaba. Mierda si pasaba. Queríamos ir a la Plaza, pero la pelotuda que nos censaba no llegaba. Horas esperando para ir con el resto. A llorar en conjunto. A compartir la vida de Nestor, ese pedazo de vida que nos dio a cada uno. 

No tengo ni puta idea que almorzamos ese día. Esos detalles no cuentan. Al llanto le seguía la risa. Una risa de recuerdos y de anécdotas. La tele no ayudaba nada, claro, pasando una atras de otra imagenes, anecdotas, discursos, genialidades. Porque era un genio, claro. Ibamos al ritmo de la tele hasta que llegó la censista. Nos hizo el censo largo la guacha. Ni idea de que contestamos. Largamos todo y nos fuimos a la plaza, porque veíamos que se juntaba cada vez mas gente a despedirlo. De ese Gracias Nestor original que alguien escribió en un papelito al mediodía, ahora estaba multiplicado por miles de mensajes, papeles, regalos. 

Dejamos nuestro Gracias Nestor, claro. Escrito a mano, en un papelucho. Bien informal y bien con lo que había a mano. Como había sido su gobierno, que se arregló con lo que tenía. Ese Gracias Nestor era impresionante. Se respiraba en la plaza el agradecimiento. Había alegría. Y gratitud. Eterna gratitud. Los que tenemos treinta y algo tenemos una deuda imposible de saldar. Nos salvó la vida. Nos dejó tener un proyecto propio. Nos dio esperanza. Nos dio paz.

Unos años antes la expectativa general era vivir para poder tirarles suficientes piedras a los policías. Hoy soñamos con una familia, con tener una casa, con vivir como manda el General. Mientras escribo esto, Rocío llora mientras lo voy escribiendo. Y yo estoy ahí, porque todavía duele ese día. Duele tanto como ese día. Dos años que parece que no pasaron. La cola de 14 horas del jueves. La lluvia del viernes. Todo eso fue ayer. Esa hermandad en esa plaza unica e irrepetible. Fue ayer. Es hoy. Es mañana. Nestor nos dejó un montón de hermanos que van al mismo lugar que uno. Se fue pero está. Es muy loco eso. Mañana volveremos a decir gracias. Por todo. Pero sobre todo, por darnos la oportunidad de ser a nuestra generación. Eso lo hace alguien unico. E irrepetible.

3 comentarios:

  1. Me reconozco en lo que contás, aunque tengo muchos más años que vos. Tengo casi la misma edad que tendría Néstor hoy. Pero esto es anécdota, también. O no, si advertimos que Él, como dice Cristina, logró reunirnos, (a vos y a mí) pero también a tantos otros que fuimos a la Plaza.
    A mí, como a vos, me dio esperanza. Y también, me sentí reconocido y reivindicado, reconocido en mis expectativas, después de tanto. Néstor abrazado con Hebe y Estela. Néstor bajando los cuadros y todo lo demás.
    En fin, buen recordatorio.

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  2. Yo me enteré después del censo. Me mandaron un mensaje de texto y prendí la tele. Fue la primera vez en mi vida que lloré por un político.Y es que él (y ella) me dieron la esperanza de vivir en un país en el que el futuro significa algo.
    Gracias por el recuerdo.

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  3. Muy lindo, Diego. A mí me lo dijo una amiga española por Facebook. Pensé que me estaba cargando. Lloré bastante esa día.

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